Hace ya 92 años una joven fascinada por el mundo de la aviación y con el sueño de ser piloto truncado por su condición de mujer, se dirigió con paso firme hacia la sede de Boeing Air Transport para presentar su extravagante idea, que acabaría implantándose en todos los vuelos comerciales desde aquella fecha hasta hoy.
Elena Church
Elena Church era una enfermera de 25 años y fue la primera azafata de la historia. Ella propuso la idea de incorporar personal femenino a la tripulación de avión para atender a los pasajeros y ayudarles a superar lo mareos y el miedo a volar.
La primera experiencia de Ellen como azafata fue a bordo de un Boeing 80-A que unía Oakland con Chicago en el año 1930. Un hito en la historia de la aviación que provocó que tan solo un mes más tarde se contratarán a ocho nuevas enfermeras para atender a los pasajeros de otros vuelos, se comenzarán a diseñar uniformes, redactar manuales, preparar programaciones… Acababa de nacer una nueva profesión, las azafatas de vuelo.
Los primeros TCPs
Los primeros TCPs tenían que cumplir con una serie de requisitos muy estrictos, como por ejemplo ser enfermeras «registradas». Además, deberían ser solteras, menores de 25 años, de menos de 52 kgs. de peso y menos de 1,62 de altura.
No deja de resultar llamativo que la primera TCP tuviera ya una responsabilidad desde el punto de vista de la seguridad «física» de los pasajeros y tripulación en el aspecto médico. Y hoy, olvidamos a menudo que estos trabajadores de las compañías aéreas, tienen, además de poner buena cara cuando nos reciben a bordo, unas obligaciones y responsabilidades relacionadas con la seguridad antes y durante del vuelo.
Hoy, los equipos de tripulación de cabina superan importantes pruebas para adquirir conocimientos con el objetivo de garantizar ciertas competencias para atender y cuidar de cada una de los millones de personas que viajan en avión a diario.
Las costumbres, las preferencias y sobre todo las tareas principales de las azafatas de aquella época, han cambiado significativamente.
2022
Aunque su misión sigue siendo velar por la seguridad de todos los pasajeros y vigilar que se cumplan todas las normas.
También deberán atender a los pasajeros para hacer que su vuelo sea lo más confortable posible.
TCP, sobrecargo y pilotos tienen una reunión diaria conocida como briefing, donde repasan temas relacionados con la seguridad, información meteorológica, ruta, tiempo de vuelo.
Una vez finalice el briefing, se chequea todo, cabina, salidas de emergencia, extintores, botiquín… ¡Todo tiene que estar a punto antes de emprender el vuelo!
Cerramos puertas
La tripulación tiene que comprobar que todos los pasajeros están en el avión y que coincide dicho número con los que aparecen en la hoja de carga.
Es fundamental para poder cerrar puertas y que no haya retrasos
Armamos rampas
Se trata de preparar una puerta para que, en caso de aterrizaje de emergencia, se despliegue automáticamente un tobogán que permita la salida de los pasajeros.
Las rampas sólo se pueden armar con las puertas cerradas, y obviamente cuando el finger o las escaleras han sido retiradas.
Cross check
Una vez armadas, llegamos al cross-check. Cada tripulante, tiene una salida de emergencia asignada, es responsable de su puerta y su rampa, y en caso de emergencia, evacuará al pasaje desde allí. Como en casi todas las operaciones que se hacen el avión, al armado de rampas debe ser doblemente verificado; de ahí el cross-check. Verificas tu puerta, y la puerta de tu compañera de enfrente. Todas nos cruzamos para checkear que están ok. Es una verificación cruzada.
¡Ya estamos listos para emprender nuestro viaje!
A lo largo del mismo, los TCP se aseguran de reponer todas aquellas cosas que durante el vuelo se han ido consumiendo para hacer el vuelo más agradable posible.
En un día como hoy, que se celebra el día internacional del TCP solo podemos dar las gracias a Elena Church en su lucha por ser miembro de la tripulación de un avión y a todos y cada uno de los miembros de nuestra tripulación de Air Europa que cada día os reciben con una sonrisa a la puerta del avión y que realizan un trabajo impecable en cada vuelo.