Tras aterrizar nuestro primer Boeing 787-8 Dreamliner en Madrid por primera vez el pasado 16 de marzo, muy pronto iniciaremos sus vuelos en nuestra ruta a Miami. Este inicio sin embargo, supone el final de un proceso de entrega mucho más complejo de lo que puede pensarse.
De hecho, es tan complejo y requiere la implicación de tantos departamentos, que en las próximas semanas os iremos contando aquí todo lo que ha supuesto, supone y supondrá, la operación de este avión en Air Europa. Hoy vamos a contaros la parte más tangible, de la que ya publicamos imágenes en nuestros perfiles de Facebook, Twitter e Instagram y que también recogió la prensa.
Boeing fabrica diez Boeing 787 al mes en sus dos líneas de montaje situadas en Everett, Washington y North Charleston en Carolina del sur. Desde el inicio del proceso, un experimentado ingeniero de Air Europa trabaja en coordinación con Boeing para asegurarse de que el avión se produce bajo la supervisión del usuario final y por tanto con su plena satisfacción. Cientos de puntos son revisados y aprobados, permitiendo a la compañía conocer a fondo el avión que va a operar.
Tras finalizar el proceso de fabricación, el equipo de mantenimiento de Air Europa se amplía para incrementar el control y cubrir todos los puntos a verificar en lo que usualmente se conoce como «Customer Walk» y «Costumer Flight». En estas auténticas revisiones antes de la compra, la compañía aérea comprueba que el avión acabado responde a las expectativas y tiene la oportunidad de solicitad cualquier mejora o arreglo al fabricante, dado que todavía no se ha firmado la compra.
Ese proceso de firma, que para este avión se realizó el 14 de marzo de 2016, resulta largo, complejo y sería imposible sin el trabajo durante años anteriores de todas las partes implicadas. Por parte de Air Europa, es el departamento de gestión de flota quien se encargó de preparar y ajustar todos los aspectos de una operación tan compleja que tiene como partes al fabricante del avión, Boeing, al fabricante de los motores, Rolls Royce, al banco que realiza la operación de leasing, en este caso SMBC Aviation Capital y a la propia compañía, amén de otras entidades como las aseguradoras. Una vez realizado y siendo el avión ya de Air Europa cabría esperar ya el vuelo a casa, pero no, los trabajos técnicos continúan.
En un avión donde la tecnología es tan importante, el software ocupa un lugar especial en la lista de tareas de los ingenieros de Air Europa. Desde el fabuloso sistema de entretenimiento a bordo de Panasonic Aviation a configurar los sistemas de comunicación del avión que por primera vez en real «hablaran» con los ordenadores de nuestra central. Por otra parte, el ajuste de todos los elementos que conforman la cabina de pasajeros. Cada asiento, cada instrumento de las cocinas, todo es cuidadosamente preparado y revisado por un equipo de profesionales que no permiten pasar el más mínimo fallo.
Con el avión listo es momento de la autoridad. AESA, el organismo que supervisa e inspecciona todas las actividades aéreas en España, debe validar y certificar que todo esté en su sitio y acorde a sus regulaciones. Aunque se puede pensar que un modelo nuevo de avión aporta facilidades en esta parte del proceso, el hecho de ser la primera unidad que se incorpora no sólo a Air Europa, sino a cualquier compañía española, hace de ello algo completamente nuevo que requiere más atención. Una vez más, el equipo destacado de Air Europa trabaja para satisfacer todas los requerimientos y peticiones que el inspector desplazado a las instalaciones de Boeing necesita para poder permitir el vuelo de entrega.
Ahora sí, con todo listo, es un nuevo momento para las celebraciones, el corte de cinta protocolario y la preparación para un vuelo de ferry, como se le denomina al no ser técnicamente un vuelo comercial y disponer de permisos especiales y que tiene como origen el Delivery Center de Boeing y destino el aeropuerto de Adolfo Suárez – Madrid Barajas. Durante el vuelo, y antes del descanso, las comprobaciones continúan con el sistema de conectividad, por cuyas características no podía haberse realizado hasta alcanzar los 10.000 pies de altura.
A la llegada en Madrid, nuestro Dreamliner realizó la característica pasada a baja a altura que sirve de saludo y presentación en nuestro aeropuerto de referencia y ante todos los compañeros y trabajadores que esperaban su llegada. Un arco de agua del servicio de bomberos del aeropuerto culminó el bautizo del Boeing 787-8 que tras finalizar los últimos trámites administrativos, iniciará como decíamos sus vuelos a Miami el próximo mes de abril.